El coro olotense Fructus Temporis vuelve al festival A capella, y esta segunda vez ofrece un concierto exclusivamente garrochino. Un corazón de mujeres que deja provisionalmente su versatilidad para recuperar canciones que habitualmente eran cantadas e improvisadas por voces masculinas mientras hacían el toque por las tabernas, y las presenta a tres voces, con algo más de formalidad, pero sin perder la frescura. Así se da a conocer fuera de la comarca un repertorio que forma parte del imaginario colectivo garrochino. Una docena de voces femeninas cantarán canciones desenfadadas, canciones de taberna, canciones de historias locales que, arregladas con la sensibilidad de Agustí Pedrico, dejan su habitual ambiente grosero para subir al escenario y tomar una dimensión más delicada, más elegante, incluso, quizá, más.
Evoto